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  • Martín Durán @MHDG1945

Ser feliz o no. Permanecer en Barcelona o refugiarme en Bruselas: el duro arte de decidir


Hace más de una década nos topamos con los trabajos de Barry Schwartz y hemos decidido refrescarlo un poco compartiendo su célebre conferencia TED “The paradox of Choice” porque resulta útil en estos momentos de tanta complejidad, giros conductuales, situaciones cada vez más caóticas de comprender, sensibilidades a flor de piel y sobre todo mucha gente teniendo algo que decir.


La primera vez que nos topamos con Schwartz recordamos aquel tema de Rubén Blades “decisiones”, pero en este momento nos llega a la memoria al desventurado ex presidente Puigdemont y las habilidades del no muy apreciado presidente Rajoy. Los rusos también juegan y el partido no ha terminado. Que nadie cante victoria. Cada uno ha jugado su carta. Unos ganan y otros pierden y así con otros asuntos de la vida lejanos a la simple política.


Tomamos decisiones, pero hoy en día con el poder ganado como seres humanos nuestras opciones se han ampliado a estadios inimaginables. Bien por capacidad prospectiva, por sobreoferta de alternativas, elevamos nuestras perspectivas y ralentizamos no pocas veces nuestras velocidades de decisión, sobre todo en aquellos asuntos que consideramos esenciales. En consecuencia, los niveles de frustración crecen pues de alguna forma buscamos la perfección y estamos obsesionados con no equivocarnos.


La búsqueda de la perfección, en cierta forma, es enemiga del bienestar y de hecho el secreto de la felicidad, tal como apunta Schwartz, es tener bajas expectativas sin perder de vista distintas perspectivas.


Una vez tomada una decisión creamos un marco normativo y cognitivo que permite justificarnos para disminuir la disonancia en caso de probable error y si tenemos éxito se instala a futuro como analogía para futuras decisiones alimentando e incrementando otras expectativas. En eso ayuda y mucho el campo intersubjetivo en el que nos movemos y las legitimidades con las que operamos.


Sea cual sea la decisión, actuamos con un marco de incertidumbre ajustado a nuestras expectativas, un marco intersubjetivo y procedemos en consecuencia. Eligiendo un trabajo, una carrera o ser independiente o no. La vida sigue, pero hay que tener en cuenta que siempre tenemos que decidir conscientes o no y en la gestión racional y emocional de esas decisiones antes, durante y después, sobre todo en la capacidad de aceptación de nuestras limitaciones cognitivas, está la clave del equilibrio y la felicidad como forma de vida.

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