Cuando la inteligencia artificial nos deja boquiabiertos y preocupados
- Martín Durán @MHDG1945
- 31 may 2017
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 8 mar 2023
Más allá del hecho de que es casi una tecno-religión, la realidad es que las consecuencias de sus impactos la estamos sintiendo día a día para bien o para mal. Es casi inútil resistirse a la Inteligencia Artificial (IA). Es la herramienta por excelencia para potenciar la capacidad cognitiva humana. De allí que el surgimiento de sacerdocios a su favor resulta normal. Los humanos necesitamos tener fe y certezas.
En anteriores entradas advertíamos sobre la necesidad de poner un poco las cosas en su lugar. Es una herramienta, no la solución omnímoda por sí sola como advierten sus sacerdotes. Una herramienta que constituye tan solo uno de los pilares fundamentales de la cuarta revolución industrial que ya está aquí.
Lo que estamos viendo sobre el terreno es sorprendente dejando a la ciencia ficción como simple prólogo de lo real. Lentamente la IA se está infiltrando en nuestra cotidianidad, nuestros hogares, transporte y lugares de trabajo sin dejar de tener también su impacto negativo en economías de transición.
La primera preocupación está en las consecuencias sobre el trabajo y los procesos pero la principal causa de su aparición, el verdadero motor, la verdadera atención, debe estar puesta en cómo ésta herramienta puede ayudarnos a resolver nuestros grandes problemas.
Mientras nuestra preocupación está sobre el impacto, la de sus gestores o creadores está en cómo resolver problemas y más aún cómo integrarlo mejor a las capacidades cognitivas humanas. Como potenciarlas y llevarlas a una relación positiva lejos de la distopía Terminator o Minority Report, entre otras.
Sobre el terreno ya la IA está actuando con eficacia aunque aún con gran potencial en los sectores finanzas, salud, educación, transporte, lucha contra la pobreza y seguridad.
Estos han sido los primeros sectores para beneficio de la humanidad, no necesariamente centrados exclusivamente en la generación de beneficios para el sector financiero, industrial y/o comercial, aunque sí conectados con el fomento de iniciativas IA.
En el sector salud, IA está ayudando a la medicina a ganar precisión en los campos de tratamiento, prevención de enfermedades, implementación de diagnóstico mediante estudios genéticos, estudios del medio ambiente y el estilo de vida de cada persona. El efecto inmediato es la personalización médica y un diagnóstico más preciso. Ejemplos notables son las herramientas Mediktor y Ayasdi, las cuales utilizan IA permitiéndoles a los médicos y hospitales un aprendizaje profundo, en tiempo real, de los datos de los pacientes y lo más importante, de cada paciente en forma personalizada.
Otra área donde la IA está impactando positivamente es el de la ciberseguridad. En el 2015 se registraron cerca de 700 millones de brechas de seguridad informática, hoy son aún mayores. El impacto, como ya lo hemos visto, es verdaderamente alarmante y los equipos de seguridad tienen que tirar de IA y mucho talento para poder darse abasto. La ventaja de la IA sobre este sector es la capacidad creciente de auto aprendizaje, detección de patrones y automatización permitiéndole a los expertos en ciberseguridad, mejorar su capacidad de respuesta. No obstante, como ellos suelen decir, siempre hay que estar muy alerta porque las sorpresas constantemente están allí. Ejemplos notables de soluciones en IA las tenemos, entre muchas, en SiftScience, Cylance y Deep Instinct.
Por último, otra área de profundo impacto es la actividad agropecuaria de precisión. Como se sabe la población mundial crecerá significativamente durante las próximas 3 décadas y nuestra capacidad para producir alimentos, sobre todo en cuanto a la gestión de la tierra y el agua, tendrá dificultades para mantener este ritmo. La IA, en ese sentido, está ayudando a impulsar la eficiencia en métodos agropecuarios que permitan reducir la mala gestión no solo de estos recursos sino del mismo producto.
Es así como vemos a AutoTrac de John Deere el cual permite a grandes máquinas plantar cultivos de una manera mucho más uniforme y precisa reduciendo la superposición en procesos agrícolas entre la siembra y la fertilización haciendo más eficiente el uso de productos químicos e incrementado la productividad. De la misma forma tenemos a Cainthus, el cual utiliza el aprendizaje profundo a través de reconocimiento facial identificando las vacas u otro tipo de ganado por sus propios rasgos en 6 segundos, permitiendo que los rebaños de gran tamaño sean monitoreados con una participación humana mínima ayudando a detectar signos tempranos en el desempeño de los mismos desde su temperatura corporal hasta el andar individual de cada ejemplar.
Sensores de este tipo integrados a la infraestructura de las granjas y complementados con drones permiten capturar imágenes en tiempo real de la condición de grandes cantidades de tierras de cultivo ayudando a los productores agropecuarios a estimar lo que sus cultivos y granjas van a necesitar con más de un año de antelación.
Hemos mencionado tan solo estas tres áreas para dar un pequeño testimonio sobre cómo está impactando y seguirá impactando con más fuerza la IA.
Las consecuencias son múltiples. Aún están por verse y evaluarse pero los mismos diseñadores y creadores de IA están buscando formas de aliviar los impactos negativos de alguna forma, sobre todo lo que tiene que ver con la generación de empleo. De allí que varias iniciativas como la renta universal o formas inteligente de distribución de riqueza para la supervivencia y adaptación de aquellos que queden atrás en medio de la avalancha de la cuarta revolución industrial resulten necesarias.
Vendrán cambios radicales e inimaginables en nuestras formas de vivir y tan solo estos pequeños casos son un abreboca del porvenir. Debemos estar preparados para cerrar tanto nuestra brecha digital, como nuestra brecha cognitiva y emocional, algo que sin duda no será fácil y como es de esperar traerá mucha conflictividad. La IA tan solo es una de las variables que cambiarán nuestra cotidianidad futura.




















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