¿Qué pasa con los sauditas y la OPEP?
- pontegea
- 27 may 2016
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 8 mar 2023

Los sauditas están usando su rol de swim producer en la OPEP para salir de su era petrolera y entrar en una nueva fase de desarrollo. La clave de este giro estratégico es sacar la mayor parte de su petróleo al mercado, asegurar gran parte del pastel y dejar fuera de competencia a sus socios de la OPEP y especialmente a su rival Irán.
En medio de un descenso de los precios de las materia prima, el precio del petróleo ha subido cerca de 80% entre enero y este 26 de mayo (1). Los analistas desde luego no encuentran formas para vaticinar qué va a ocurrir en el mercado. En realidad ocurre lo mismo de toda la vida: Volatilidad, múltiples variables fuera de control, un mercado con cambios estructurales en este momento pero que a corto plazo puede comportarse a la baja o al alza pero la tendencia es a encontrar un nuevo punto de equilibrio en la antesala de una era post-petrolera.
En este momento, los precios reflejan las interrupciones puntuales de producción que se están viviendo: los incendios forestales en áreas petroleras canadienses, la persistente violencia en Nigeria causando la caída de la producción de 2,2 millones de barriles diarios a menos de 1,4 millones de barriles diarios, la caótica situación de Venezuela y la decadencia tanto financiera y operativa de su estatal como las dificultades de sus contratistas y socios extranjeros, la caída de la producción costosa en Colombia o Brasil, entre otros. Todo de alguna forma, envía una señal real que no ha sido compensada por el esperado repunte de la producción iraní, amén del caos en Libia o Irak. Que no subieran los precios del petróleo sería lo extraño.
No obstante, la industria tiene sus equilibrios y este ascenso traerá de nuevo buenas noticias para algunos productores, al menos, por un momento. Es muy probable que sea una situación bastante temporal porque Irán y Libia están haciendo esfuerzos notables por levantar su producción y es factible que entre los dos sumen cerca de 800.000 barriles diarios más al mercado antes que finalice el verano.
Esto nos lleva al punto de confirmar que efectivamente la OPEP no está cumpliendo su rol de cartel debido a que dos de sus gigantes, Irán y Arabia Saudita tienen una guerra por conquistar cuotas de mercado (el segundo desde hace tiempo una guerra de precios para afectar a la competencia americana y No OPEP en general) y esto marca profundas diferencias y desbalances en el seno de la organización.
Para que los precios se recuperen con esta oferta tendría que darse un fortalecimiento repentino de la demanda y esto, salvo por el lado de India, que no es suficiente, no será posible. Hace falta más para que la demanda presione con fuerza a un ascenso de los precios y tampoco sirve el comportamiento estacional de los consumidores occidentales este verano.
Por otro lado, si ocurre lo contrario, es decir, si se estabilizan los precios en este nivel, la producción offshore o costa fuera podría entrar en acción y algunos proyectos que están parcialmente paralizados recuperar su fuerza inicial generando aún más oferta que a su vez bajaría los precios y vuelta a comenzar.
A la producción shale americana tampoco le valen estos precios, más aún cuando las empresas líderes en este renglón tienen un fuerte desbalance financiero por deudas. El shale podría recuperarse por encima de los 75 dólares el barril pues ya ha agotado su capacidad de aguante por debajo de esos precios a la espera de un milagro de la OPEP (aún así algunas pueden activar taladros con 55 dólares el barril, el problema solo sería el financiero).
En este sector de la industria petrolera americana veremos más quiebras y fusiones para dejar otro panorama más eficiente por lo cual la estrategia saudita de iniciar una guerra de precios contra este sector está siendo exitosa y curiosamente favorece también a otras gigantes petroleras privadas. Adicionalmente, Arabia Saudita no está satisfecha con su actual capacidad de producción y está trabajando para incrementar su capacidad de producción, así que el sector shale americano debe seguir preocupado.
El sector shale americano quiere precios fuertes, también miembros de la OPEP a los cuales los sauditas no le han hecho caso en sus peticiones de recortes para levantarlos. Tan solo Libia necesita precios de 200 dólares el barril para poder recuperar sus maltrechas finanzas por la guerra y Venezuela unos 120 dólares el barril para seguir con su fiesta socialista revolucionaria, así que los sauditas aplicaron todo su poder sin contemplación hasta con sus socios. El objetivo es cerrar una etapa y no vale sino su interés real.
En la próxima reunión del 2 de junio en Viena, el estreno del nuevo ministro saudita Khalid Al-Falih (luego del retiro de Ali al-Naimi), se notará esta tensión entre el reino y el resto de los socios, especialmente con Irán. Sobre todo, cuando el reino se prepara para pasar a una era post petrolera planeando incluso la privatización de Aramco.
Ciertamente podemos estar a las puertas del debilitamiento de la OPEP o al menos su inutilización temporal. No obstante, aún sigue siendo útil. Los mercados son muy volátiles para prescindir de semejante músculo. De momento, la nueva generación de líderes sauditas avanza en una nueva dirección, la OPEP solo es una herramienta y de eso hay que tomar nota.
(1) Y en muchos países OPEP muchas personas sintieron alegría cuando el precio del petróleo tocó los 50 dólares el barril el 26 de mayo algo que ocurrió especialmente por el efecto temporal de una caída de los inventarios en EEUU (estacional podría decirse pues se prepara para el verano). Como resultado, es la primera vez en 7 meses que el barril del petróleo llega a ese nivel.




















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