Que no cunda el pánico: siempre el mercado petrolero vuelve a un punto de equilibrio
- pontegea
- 3 dic 2014
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 8 mar 2023

Siempre ocurre en estos casos. Cunde el pánico en el mundo petrolero. Todos visualizan un año negativo y casi nadie esperaba la consolidación de un escenario de descenso a tal velocidad. Es normal. La naturaleza del mercado petrolero avisa con cierta antelación pero muy pocos podemos prever con precisión su comportamiento, su devenir.
Hoy una variable tan importante como el precio del petróleo determinará muchas dinámicas políticas y económicas a escala global. Desestabilizará gobiernos, impulsará sectores económicos, hará estallar burbujas de deudas, debilitará recuperaciones e intensificará procesos de deflación en economías europeas.
Hay ganadores y perdedores. En 2015 la OPEP ganará mucho en cuotas de mercados, el sector petrolero no convencional norteamericano perderá espacios y economías como China e India tomarán impulso.
Al final del año 2015, los precios del crudo podrían estabilizarse de nuevo entre los 60 y 80 dólares por barril en el peor de los escenarios pero antes se tendrá que pasar por varias pesadillas y múltiples contradicciones derivadas de su volatilidad.
Para ese año la economía global mantendrá casi el mismo ritmo de crecimiento de 2014 con algunos visos de recuperación impulsados por la baja de los precios de la energía y las materias primas. De acuerdo a datos de la OECD la economía crecerá 3,6% con sus respectivas variaciones en cada región.
EEUU podría consolidar su senda de crecimiento mientras la euro-zona podría entrar de nuevo en recesión o quedar estancada. El PIB de China e India crecerán para el año 2015 cerca de 7,2% y 5,8% respectivamente. Como consecuencia, muchos de los países exportadores de materias primas a Asia-Pacífico sufrirán una ralentización de su crecimiento, especialmente los países latinoamericanos, asiáticos y algunos de África. De este último continente se espera un crecimiento generalizado en buena parte de los países orientados a la cuenca atlántica.
El crecimiento de la demanda de petróleo se quedará en 1,19 millones de barriles diarios durante 2015. Es decir, tan solo 700.000 barriles diarios de crecimiento más que lo registrado durante el año 2014 llegando a un total de 92,38 millones de barriles diarios.
La producción que más crecerá será la No-OPEP que ascenderá 1,24 millones de barriles diarios liderados por EEUU, Canadá, Brasil y China. La producción norteamericana contabilizará más del 60% de dicho crecimiento. La producción OPEP por su parte, a pesar de la decisión tomada en la cumbre del 27 de noviembre observará una tendencia descendente durante este año no tanto por decisiones soberanas como sí por dificultades en Venezuela, Libia, Irak y Nigeria. No obstante, existe una amplia posibilidad de que llegado a un acuerdo entre EEUU, la comunidad internacional y el gobierno iraní, el bloqueo al cual está sometido este país termine permitiendo una ampliación de su producción efectiva lo cual puede compensar cualquier caída hasta donde lo permita la OPEP. En estos momentos, la OPEP produce cerca de 30,25 millones de barriles diarios.
El balance de la oferta y la demanda indica una clara sobreoferta de 1 millón de barriles diarios. La estrategia de Arabia Saudita dentro de la OPEP está clara al apostar a una estabilización del mercado y una salida de la producción menos competitiva que termine por equilibrar de nuevo las cargas. No obstante, es una apuesta arriesgada a mediano plazo que no podrá evitar que la innovación tecnológica energética termine por signar el camino de una nueva sobreoferta apalancado por hidrocarburos no convencionales.
Los rangos de precios que pueden soportar las estructuras de costes de los hidrocarburos no convencionales varían de acuerdo al yacimiento y la tecnología que use. En Canadá existen amplias posibilidades de que puedan aguantar precios por debajo de los 60 dólares el barril pero siempre por encima de los 50 dólares por barril. La rentabilidad de los yacimientos de EEUU como Eagle Ford, Bakken o Permian aparece con cotizaciones oscilantes entre los 40 y 70 dólares del barril. Para que se vean afectados se tiene que iniciar una guerra de precios hasta que cierren algunos yacimientos a la espera de una mejora de los precios. La capacidad de producción nunca se destruye por una guerra de precios. Tarde o temprano el recurso permanecerá allí y cualquier compañía está dispuesta a esperar o a comprar con miras a futuro. Aún así en el caso de EEUU se debe estar alerta a la deuda del sector petrolero no-convencional que podría generar contratiempos sistémicos en las finanzas norteamericanas.
Durante 2015, al menos 6 meses de volatilidad tendremos a nuestra vista, especialmente en el primer semestre. Muchos operadores muy endeudados o con costes elevados abandonarán en su propósito de exportar por un tiempo hasta que los precios se recuperen.
Los planificadores de las empresas, bancos, gobiernos y los fondos de inversiones no se anticiparon a este escenario. Ellos sabían que el precio podría bajar pero no cuándo. Ahora, se aventuran a arrojar cifras que oscilan entre los 40 y 70 dólares por barril para el próximo año. La verdad, puede ser menos o puede recuperarse. Cualquier opción está abierta y dependerá del comportamiento de la economía global, las decisiones de la OPEP y la capacidad de los productores de hidrocarburos no convencionales de resistir al desafío saudita.
Este no es un problema para las grandes compañías que trabajan hidrocarburos no convencionales como si para los pequeños inversores, por lo cual durante 2015 podríamos estar ante un ciclo de concentración corporativa en las que las empresas más endeudadas de este sub-sector petrolero terminen siendo compradas o liquidadas para quedar cerrados cerca de la mitad de los yacimientos no convencionales en el caso de los EEUU y abiertos en producción aquellos que puedan soportar precios superiores a los 50 dólares el barril que es el piso más apropiado para la mayor parte de los yacimientos de este tipo.
El coste de 45% de los proyectos de crudos no convencionales está por el orden de los 57-60 dólares el barril. Por debajo de un precio del barril de 85 dólares el 55% en este tipo de hidrocarburos perderían impulso o entrarían en una fase de enorme incertidumbre a pesar que buena parte de la innovación tecnológica lograda por empresas especializadas en este tipo de explotación han podido reducir el coste de operaciones.
Durante los últimos dos años EEUU ha sido responsable de más de 70% de la producción adicional No-OPEP. Allí siempre ha estado el germen de la innovación tecnológica de todo tipo y en el ámbito petrolero no se queda atrás.
Adicionalmente, aparece el juego geopolítico con delgadas líneas que giran entre la observación de la política internacional y teorías conspiratorias como lo es el aparente esfuerzo sostenido por Arabia Saudita y EEUU (Algunos mantienen que en clara coordinación, otros no) para debilitar las economías de Irán y Rusia. Algo sobre lo cual no se tienen elementos concretos para afirmar cualquier hipótesis ya que el comportamiento saudita parece estar más sostenido en una observación prudente del mercado que en una guerra de precios deliberada para arruinar por causas políticas.
La producción OPEP se mantendrá formalmente estancada hasta marzo o junio de 2015. Todo dependerá de la evolución del mercado. Países que sorprendentemente están en guerra han levantado su producción (Libia e Irak), mientras que países que están en paz se han estancado más por negligencia interna que por conflictos internos como ocurre con Venezuela.
La innovación tecnológica energética en el ámbito de los hidrocarburos nos ha llevado al punto de la era de los no convencionales. La presión por encontrar más de esta materia prima en entornos regulatorios favorables, llevó a Occidente a esforzarse un poco más e innovar. Así llegamos a una serie de tecnologías que han llevado a la industria petrolera norteamericana a extender la frontera y los límites de sus reservas probadas. El impulso ha sido tal que por un tiempo EEUU será autosuficiente pero a su vez esta tecnología no se quedará allí. En 7 años EEUU pasó de producir 5 millones de barriles diarios a 9 millones de barriles diarios.
Como toda tecnología, la de los hidrocarburos no convencionales tarde o temprano viajará a lugares de producción madura para explotar al máximo las cuencas sedimentarias disponibles.
Ciertamente el hecho de que los precios estén elevados resulta importante para poder impulsar este tipo de hidrocarburos pero la innovación no se detiene solo en el umbral de lo comercial. Al contrario, se prepara para desafiar dicho umbral.
Por más que la OPEP haga su guerra de precios, la realidad apunta a que a medio plazo la innovación tecnológica energética seguirá probándose así misma a la espera de una oportunidad a corto plazo pero siempre con la vista en el medio y largo plazo.
La OPEP no se enfrenta a una sobreoferta sino a los efectos de la innovación tecnológica energética de la industria petrolera capaz de desafiar las limitaciones de la geología.
Los precios del petróleo pueden tomar distintas vías, la mayor parte de éstas apuntan a un nivel inferior al sostenido en los últimos tres años:
1) El precio del barril se podría mantener entre el rango de 80 y 60 dólares el barril durante el primer trimestre de 2015 para luego retomar una recuperación a partir de la primera reunión trimestral de la OPEP durante ese año.
2) Si la demanda sigue descendiendo como estiman algunos analistas (alrededor de 1 millón de barriles diarios de descenso) y la OPEP no toma una decisión en primavera los precios podrían derrumbarse hasta el rango de los 40-30 dólares el barril.
3) Si la OPEP toma medidas de recorte en acuerdo con otros productores No OPEP interesados en la recuperación de las cotizaciones es factible un repunte a partir de finales del primer trimestre de 2015 llevando los precios de nuevo a los rangos de 80-100 dólares el barril.
Puede ser riesgoso pensar que con solo el descenso de los precios del petróleo se puede abatir la capacidad de producción no convencional de Norteamérica por la simple razón de que lo que haría en términos reales sería consolidar el mercado ajustando patrones de desarrollo a los yacimientos más prometedores y apurando la innovación tecnológica para lograr acceder a ellos y hacerlos comercialmente viables. La OPEP, salvo que se materialice un rebote de la economía, lo cual es factible, podría verse obligada a recortar en la primavera de 2015 para poder levantar un poco más los precios y seguramente acudirá a otros exportadores para lograr el cometido. Tal vez en vano.
Aún así, no es tiempo para entrar en sesgos de retrospectiva. En el seno de la OPEP está el grueso de las reservas probadas de mayor calidad del mundo. La OPEP juega sus cartas. Los No-OPEP también. El escenario está abierto a la lucha entre la innovación tecnológica energética y el empuje capitalista versus la política conservadora petro-rentista.
A largo plazo el ganador será la innovación. Pero para el año 2015 la OPEP podría obtener importantes triunfos en términos de ganancia de mercado y con ellos las empresas petroleras nacionales e internacionales (incluyendo las No-OPEP) de suficiente tamaño y poco endeudamiento relativo que absorberán todas aquellas que no resistan estos bajos precios.




















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