Los primeros pasos que tenemos que dar para potenciar nuestra creatividad
- pontegea
- 10 sept 2014
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 8 mar 2023
Día a día nos encontramos con personas que sienten que no están contentas con lo que hacen, no tienen claro el rumbo de sus vidas y tampoco saben cómo cambiar esa realidad.
Buscando una respuesta que les pueda ayudar nos hemos topado con tantos y tantos temas que no terminaríamos esta entrada si quisiéramos hablar de cada uno de ellos, por lo que nos queremos enfocar en uno en particular: La creatividad que surge a partir de nuestros talentos.
Hoy no queremos hablar de los límites, las barreras y condicionantes que sabemos que existen en nuestro entorno. Hoy queremos dejar un mensaje positivo que contribuya a animar a quienes quieren comenzar a cambiar su realidad. Hoy queremos alentar a todos aquellos que pretenden explorar una ruta diferente, recrear su vida y vivirla sintiéndose plenos y felices.
El término creatividad que proviene del latín creāre lo define la Real Academia de la Lengua Española como “Facultad de crear. Capacidad de creación”. Crear, es “producir o generar algo de la nada, establecer, fundar, introducir por vez primera algo; hacerlo nacer o darle vida, en sentido figurado”.
Estas definiciones nos hacen pensar en la creatividad como algo muy complejo que no está al alcance de todos y sólo está dirigido a mentes prodigiosas, genios, científicos, músicos, artistas, escritores, etc. Pero la verdad es que no es así. La creatividad es algo que se puede desarrollar igual que cualquier otra habilidad. Según Ken Robinson: “Todos tenemos una imaginación potente” y hay que “poner a trabajar la imaginación en el desarrollo de la creatividad”.
Esto lo podemos lograr si nos dedicamos a hacer cosas que nos gusten, con las que nos sintamos cómodos y las manejemos de manera natural permitiéndonos estar como peces en el agua, en nuestro elemento, moviéndonos libremente y sin ataduras[1].
Los primeros pasos que tenemos que dar para potenciar nuestra creatividad son:
Elegir lo que nos gusta, aquello que capta nuestra atención y nos atrae, inspira y nos mueve. También es importante esclarecer qué nos causa rechazo y quiénes somos.
Sentir pasión por lo que hacemos. Si nos encanta lo que hacemos, es allí donde encontraremos la inspiración, la energía que nos mueve, aquello que nos anima a la acción, a perder la noción del tiempo mientras permanecemos sumergidos, concentrados y dedicados sin que los minutos y las horas condicionen nuestro trabajo.
Disciplina y constancia. Qué difícil es conseguir ser disciplinados cuando no estamos motivados, pero cuando hacemos lo que queremos vencemos la pereza y cualquier circunstancia que nos dificulte continuar con la disciplina. Así mismo, la constancia nos lleva a perfeccionar, pulir, moldear, a dar con el punto exacto que buscamos, a encontrar el equilibrio para no caer, a lograr la madurez que requerimos para manejar con destreza y sabiduría las herramientas que utilizamos. Bien reza el refrán “la práctica hace al maestro”. Practicar y practicar, insistir e insistir, probar y probar hasta conseguir el objetivo. El manejo de las herramientas, los elementos y los medios que utilizamos se van perfeccionando a través del tiempo. Las cosas no surgen de un día para otro, por ello hay que dotar de paciencia a la disciplina, la pasión y la voluntad. No debemos desesperar si no conseguimos inmediatamente los resultados que buscamos.
Arriesgarnos, atrevernos a dar el paso, caer y levantarnos las veces que sea necesario hasta conseguir lo que buscamos. De los errores se aprende y de ellos surge realmente el conocimiento, la experiencia y la obtención de mucha información. Cuando fallamos podemos entender por qué algo no funciona y hay que modificarlo. No echemos en saco roto lo que hacemos porque fallemos una y mil veces. Debemos explorar nuevas posibilidades, atrevernos a hacer preguntas distintas, ser críticos y entender que el resultado nunca será diferente si seguimos haciendo siempre lo mismo. Hay que preguntarnos si el resultado que obtuvimos se corresponde con lo que buscábamos, si cumple las funciones para lo que fue creado, si es oportuno, si es útil, etc. En definitiva, arriesgarnos y activar la curiosidad nos va a ser de mucha ayuda en nuestro proceso de creativo[2].
Es alentador saber que la creatividad está al alcance de todos, que la podemos desarrollar sin importar la edad o condición social. Es un proceso que hay que seguir una vez hayamos descubierto nuestros talentos y nos decidamos a explotarlos, a dejarnos embriagar por la energía que nos inyectan y de esta manera fluir.
Referencias
[1] Lo anterior no significa que no haya trabajo, dedicación, constancia, pruebas, fallos y así sucesivamente hasta que alcancemos lo que queremos, perfeccionemos aquello que hacemos y perseguimos.
[2] Entrevista a Ken Robinson: “Redes - Los secretos de la creatividad: Todos tenemos la capacidad de ser creativos, en http://www.rtve.es/television/20110327/todos-tenemos-capacidad-ser-creativos/420223.shtm”




















Comentarios